Mi padre nació durante la Primera Guerra Mundial, luchó en la Segunda y fue testigo de la posterior Guerra Civil Italiana. Vivió el fascismo, el nazismo y el comunismo. Mi padre adora a la UE: ha convertido en aliados a antiguos enemigos y ha creado una paz duradera en todo el continente. Ahora la narrativa de Europa está en manos de los enemigos de mi padre, los partidos anti-Europa están cobrando fuerza en todo el continente: Movimiento Cinco Estrellas en Italia, Partido de la Independencia de Reino Unido, Alternativa para Alemania, Frente Nacional en Francia, etc. Puede que la UE tenga demasiadas regulaciones, pero no es la responsable de la crisis económica actual. Por el contrario, ha sido beneficiosa para los países miembros. Gracias a la UE tenemos la libre circulación de mercancías, capitales, servicios y personas; y económicamente ha sido positiva para los países –como pronto comprobará Reino Unido si la abandona-. Sin una política agrícola común, Europa estaría inundada por importaciones baratas y los agricultores irían a la ruina. Los votantes no tienen en cuenta todo esto y culpan a la UE de las restricciones presupuestarias y las medidas de austeridad: el 60% de europeos ya no confían en la UE. Tal vez un buen resultado de los partidos euroescépticos en las próximas elecciones europeas sirva para que el resto del continente se una en la defensa de la UE. Mi padre ha conocido una Europa dividida y otra unida, y tiene claro cuál prefiere.