Debate sobre el Superávit Alemán: ¿Pecado o Virtud?

23.01.2014 16:46

"Los países del Norte de Europa, con margen para aumentar salarios y aplicar políticas expansivas, deben hacerlo. Beneficiaría a sus ciudadanos y ayudaría al crecimiento y el ajuste en el Sur de Europa y en la economía mundial", reclama Kemal Dervis (“El Norte de Europa Está Arrastrando a la Economía Mundial” -Project Syndicate-). "Los desequilibrios de Alemania -escribe Simon Tilford- plantean una amenaza tan grande para el futuro de la eurozona como los de Italia o Francia. Deben ser abordados con la misma urgencia" (“Desinflando las Excusas Alemanas -NYT-). “¿Cuál es el peligro real del superávit alemán para el resto del mundo? –se pregunta Karl-Theodor zu Guttenberg-. Cualquier desequilibrio es fuente de inestabilidad, pero algo con lo que la economía mundial siempre tendrá que lidiar. Hay, por tanto, poco fundamento en las críticas” (“Berlín no Necesita Lecciones” -NYT-). El gran superávit de los países del Norte de Europa (en 2012, 550.000 mill $) es un lastre para la eurozona y para la economía mundial. Cuando se amenazó a China con sanciones en 2008, su superávit no superaba los 400.000 mill $; hoy es de 150.000 mill $. “Lo cierto es que el superávit absorbe parte de la demanda agregada mundial”, mantiene Dervis (Project Syndicate). Repercute negativamente en otros países. Y el superávit del Norte aprecia el euro: compensando las ganancias en competitividad del Sur por la austeridad (Project Syndicate). Los políticos alemanes se defienden. 1) Su superávit no causa los desequilibrios de la eurozona: procede del resto del mundo más que de Europa. 2) Es producto de la competitividad alemana. 3) La caída de precios en la periferia es positiva: mejora su competitividad. “Los tres argumentos son erróneos”, sostiene Tilford (NYT). A) Una balanza comercial positiva aprecia la moneda y repercute en las exportaciones del Sur. Al reducir el precio de las importaciones, aumenta la presión deflacionaria. La débil demanda interna está tras una inflación alemana del 1%. B) Sobre el origen del superávit: las exportaciones fuera de la UE son más importantes que antes porque la demanda en la zona euro se ha desplomado. Los alemanes sostienen que las exportaciones de los periféricos a Alemania son marginales. Olvidan que su competitividad proviene de costes laborales artificialmente bajos. De no ser así, parte de la cuota de mercado alemana sería de otros. C) La deflación amenaza con hacer las deudas insostenibles, más que mejorar la competitividad (NYT).Para Guttenberg, las críticas se centran en la contención salarial. Pero los salarios en Alemania se fijan sin intervención estatal. “No es deseable que Alemania aumente salarios para alinearse con la eurozona: la situación global exige competir con los emergentes”, argumentaGuttenberg (NYT). El motor de las exportaciones alemanas es su comercio con el resto del mundo. Tienen razón los que abogan por más inversión pública en Alemania. “No parece razonable exigir que Alemania ajuste su política económica, dado su papel de principal prestamista de la Unión”, concluye Guttenberg (NYT).