Berlín Frena una Auténtica Unión Bancaria
24.01.2014 12:23
“La Unión Bancaria no será lo que prometía”, advierte Wolfgang Münchau (“Ésta No Es la Unión Bancaria que Europa Está Buscando”). "Berlín está jugando a lo seguro, pero su vacilación amenaza con descarrilar las ambiciones básicas del proyecto", critica Gregor Peter Schmitz (“Berlín Juega sobre Seguro en la Unión Bancaria” -Der Spiegel-). "El defecto más evidente es la ausencia de respaldo común -incide The Economist-. (…) El FMI ya ha advertido que una Unión Bancaria incompleta puede ser peor que nada” (“Actividades Bancarias en una Nueva Unión”). La Unión Bancaria (UB) es el proyecto más ambicioso desde que se adoptase la moneda única. Objetivo: un mecanismo de supervisión único y que los fondos de rescate capitalicen directamente bancos con problemas. Así, los países más débiles se verían liberados de la carga, al tiempo que se implanta una supervisión y reglas comunes, acordes con la mayor solidaridad. Se interrumpiría el círculo vicioso: bancos débiles arrastrando a sus soberanos, y viceversa. Se terminarían los diferenciales en el coste de financiación entre empresas europeas según su país, fortaleciéndose el mercado único. “Muchos analistas -entre los que me incluyo- hemos subestimado los costes de la UB -explica Münchau-. (…) Los bancos han reaccionado desapalancándose para evitar sorpresas en las inminentes pruebas de estrés. Como consecuencia, la contracción del crédito se prolongará aun más, siendo éste uno de los costes de la UB” (FT). Se ha acordado que el fondo de resolución bancaria se forme en 10 años con capital de 55.000 mill. €. No cubriría más del 0,2% del total de activos bancarios de la eurozona. “El fondo se vería desbordado en una crisis -afirma Münchau-. Haría falta un respaldo para circunstancias excepcionales” (FT). Pero Alemania se niega a usar el Mecanismo Europeo de Estabilidad como respaldo a los bancos con problemas. “Mientras no contemos con una línea de crédito sólida que respalde el fondo de resolución, los beneficios de la UB no superarán a los costes. En tal caso, la UB debería ser abandonada”, sentencia Münchau (FT). Según The Economist, “el último borrador mantiene el vínculo entre bancos y soberanos en el período de transición: si el fondo de resolución se queda sin dinero, los tesoros nacionales tendrían que intervenir" (The Economist). Pero las ambiciones alemanas se han relajado: Schäuble acepta que las aportaciones nacionales al fondo de resolución sean poco a poco mutualizadas hasta conformar un fondo único. El dinero de los bancos alemanes -que no de los contribuyentes- se unirá al del resto de miembros (The Economist). No se ha determinado cuál será el organismo que decidirá si un banco necesita ser recapitalizado. Ni está claro cómo se tomarán las decisiones. Si se da más peso al voto de los países grandes, Alemania podría bloquear el fondo pactando con países pequeños. La prudencia alemana responde al temor a que el Tribunal Constitucional alemán impugne la UB. “Dada esta prudencia, ¿se alcanzará el objetivo de la Unión Bancaria -romper el vínculo entre crisis bancarias y crisis soberanas-? La respuesta es no”, concluye Schmitz (Der Spiegel).